Marzo 11
Bueno, ahora si que hacia tiempo que no escribía, no porque no me hayan ocurrido casualidades, es que sinceramente no estoy muy animada a ponerme a escribir. Pero creo que ahora es un buen momento, se han juntado varias circunstancias que me han parecido lo suficientemente significativas como para anotarlas aquí.
El titulo de esta entrada es el mismo que el del libro de Javier Sierra, que por cierto, invite a entrar aquí porque creo que a el también le ocurren bastantes casualidades.
Pues bien como siempre, en este libro he encontrado palabras, historias, nombres o circunstancias, que me han llevado a relacinarlas con, acontecimientos, palabras, historias o nombres de mi vida cotidiana y en la momento justo de la lectura del libro.
Me explicaré; Arequipa, es el nombre de una calle en Madrid donde están las oficinas de mi empresa, es un nombre que ya cuando lo oí la primera vez me gusto, no se porque, pero me resulta agradable su sonido al pronunciarlo.
Estaba revisando una documentación de la empresa y vi la dirección, como siempre me llamó la atención y pensé.... seguro que en algún momento, me encuentro ese nombre en algun sitio fuera de este contexto. Pues ahi encontré la primera casualidad, en el libro se nombra Arequipa cuando habla de "geoglifos" descubiertos en Perú en el departamento de "Arequipa".
La siguiente casualidad de ese libro y creo que aun más contundente, ocurrió cuando llegué al capitulo 7 ¿Spuntniks en el siglo XVII? Montalcino y la pintura de Salinbeni. No voy a describir la obra ni me voy a referir al tema del parecido con el satelite o no, pero si voy a relatar la casualidad. Tengo un bola de hierro del tamaño de una pelota de golf, que se apoya en un pie también de hierro, en el despacho de casa, está justo a la derecha de la pantalla del ordenador, si la levantas de su apoyo, suena como un cascabel, debe tener una pieza dentro. Estaba leyendo ese capitulo, un domingo por la mañana sentada tranquilamente en la butaca del despacho y con el sol acariciándome la espalda, cuando pensé que me gustaría ver la pintura y observarla de cerca, me levanté, me senté en la mesa para encender el ordenador y mientras se ponía en marcha, cogí la bola, de verdad, no la cojo nunca, nunca, nunca, y cuando la tenia en la mano, me pregunté ... ¿por que la habré cogido? en serio que me hice esa pregunta.
El ordenador se puso en marcha y cuando conseguí tener el cuadro delante, leí un texto que hacia referencia a la similitud con el satélite. En el cuadro, se ve efectivamente la esfera con dos antenas y un pequeño circulo superior iluminado, que representaria el sol (según los analistas de la pintura) y la luna abajo a la izquierda, con un circulo algo abultado pero más pequeño. En el satélite y en la misma situación de la luna, estaría la protuberancia del objetivo de una cámara fotográfica de alta resolución que llevaba el Spuntnik.
Mire mi bola metálica, no me preguntes porque, busque esos dos puntos y allí estaban, bueno están, una mancha redonda pequeña arriba, como si se hubiera desconchado el metal y otra algo más pequeña, también redonda abajo a la izquierda. Me quede helada.
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