Domingo Santo, 24 de abril 2011
El pasado 21 de abril mi hijo me regaló un libro titulado "Un padre de película" de Antonio Skármeta, si alguien lo conoce, sabrá que el protagonista traduce del Francés al Español una novela "Zazir en el metro" hay una película de 1959 basada en las peripecias de la niña en París.
TMB (transporte metropolitano de Barcelona) organiza cada año por estas fechas (Sant Jordi) un concurso de relato corto, el plazo para entregarlo era hasta el 14 de abril a las 12h, yo lo acabe por la noche, asi que no me dió tiempo.
"Miranda en el metro" es mi relato corto, habla de... bueno lo incluyo aquí para que lo conozcáis. Por cierto, el estilo narrativo de "Un padre de pelicula" y el de mi historia es muy parecido ( salvando todas las distancias) y la empiezo y acabo de leer en Francia (vacaciones Semana Santa)
Ya no tengo palabras para definir tantas coincidencias.
Miranda en el metro
Ya estoy casi preparada para salir de casa, solo falta que mami me abroche a la sillita de paseo y lista, me voy a descubrir cosas nuevas, llevo mi chupete en la boca, nunca se sabe si voy a tener sueño más tarde.
Salimos a la calle, todos los vecinos me saludan y me dicen lo guapa que estoy con el lacito azul en el pelo, hace un día precioso de primavera.
Llegamos a un lugar que parece un ascensor como el de casa pero con cristales, y nos metemos dentro,. Pues si, es un ascensor, me agarro a la sillita porque no me esperaba que bajara tan deprisa, mami dice que he puesto cara de asustada y todos me miran y sonríen, yo también sonrió.
Salimos del ascensor, hay una acera muy ancha y el techo es muy alto con luces y pantallas de TV, entre nuestra acera y la de enfrente hay un hueco muy ancho y al fondo, una boca grande y oscura, cuando la veo, cojo a mami de la mano, me quito el chupete y me muevo en la silleta.
De repente oigo un ruido, de la boca aparece un autobús, no, no es un autobús, bueno es como un autobús pero más largo y bajito, viene hacia nosotras rapidisimo, mami retira mi cochecito un poco y cuando por fin el autobús se para, ella aprieta un botón redondo de color verde muy brillante, se abre la puerta y dentro hay mucha gente.
Salimos disparados pero no vemos ni el sol ni los arboles, cuando para, la gente entra y sale, pero yo sigo agarrada de la mano de mami hasta que por fin bajamos nosotras.
Volvemos a la acera grande, parece como si no nos hubiéramos movido, otra vez el ascensor de cristales y ahora ya estoy prevenida, mami me sonrie y me arregla el vestido, salimos a la calle y..... “es fantástico” estamos en casa de los Abuelitos.
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